Respuestas a una maestra agobiada con la inclusión
Respuestas a la maestra
Respuestas a tu caso concreto
la exposición de información relevante sobre las características del grupo clase, así como
las características específicas de algunos alumnos y alumnas para que sirvan de
referencia para el diseño de las propuestas pedagógicas» (Instrucciones de 22 de junio de 2015, sobre NEAE).
- Momentos de mayor acumulación de estrés del alumnado.
- Necesidades de apoyo en las habilidades de autonomía de los alumnos (aseo, comida,…).
- Apoyo en momentos de intensa actividad curricular del grupo clase.
- Necesidades comunicativas de los alumnos.
Cuando la Junta de Andalucía propone las Evaluaciones Psicopedagógicas con sus orientaciones oportunas que se deben realizar a los diferentes alumnos con NEAE, establece una serie de «prioridades de evaluación» en función de ciertos criterios. El primero de esos criterios, la principal prioridad la plantea precisamente en alumnos del 2ª Ciclo de E. Infantil. (Instrucciones de 22 de junio de 2015, sobre ACNEAE). Es por ello que se debería haber otorgado una prioridad absoluta a estos casos sobre el resto de casos del centro, orientando sobre medidas de apoyo, refuerzo y adaptaciones oportunas para cada uno de los tres alumnos. Además, el centro debería haber demandado la atención del Equipo de Conducta de la Provincia, el cual debe asesorar, orientar, y si fuese necesario, ofrecer apoyo directo, en cuestiones de modificación de conducta de los alumnos citados. Repito que no sé si estos paso protocolarios se dieron, pero sí que se debieron dar.
2º Nivel de Aula
En este segundo nivel, se detectan, según tu relato, varias necesidades generadas en el aula.
– Falta de organización de espacios y tiempos.
En mi opinión este es uno de los principales elementos que llevaron al aula a la situación de «caos» que nos cuenta esta docente. Las rutinas fijas y estructuradas, los tiempos bien gestionados y organizados llevan a los alumnos que presentan excesiva rigidez mental a tolerar sus momentos menos agradables. Una anticipación clara de lo que va a ocurrir y unas dinámicas de repetición continuada en el aula ayudan a esta inflexibilidad mental. Es cierto que el período de adaptación es una situación compleja en el aula, pero también existe un «Plan de Acogida» para los alumnos con NEAE que es diferente al establecido con carácter general para el resto. Estos alumnos deberían haber prolongado este período, con una dotación extraordinaria de tiempos. Además, se deberían haber tomado medidas a priori sobre las posibles dificultades con las que se podrían encontrar.
– La organización del trabajo por rincones o espacios.
El trabajo en el aula de E. Infantil se presta mucho a esta metodología espacial tan rica y conocida por todos. Sin embargo, una de las grandes ventajas del trabajo por rincones es que permite distribuir a los alumnos en diferentes rincones a la vez, estableciendo rutinas de trabajo que van asimilando y les van proporcionando cierta «autonomía de trabajo». Esta autonomía de trabajo de la mayoría de los alumnos del aula es la que debe servirnos para ofrecer momentos de mayor atención a aquellos que presentan mayores dificultades.
Esta metodología unida a las experiencias de docencia compartida hacen que esta tutora hubiese podido disponer de mayor cantidad de tiempo para la atención a sus tres alumnos planteados.
– La docencia compartida.
Como vengo comentando, la docencia compartida en este caso hubiese sido una de las claves para solucionar, en parte, estos problemas. Pero en este caso concreto la docencia compartida hubiese debido ofrecer a la tutora, y no a ningún otro docente, este tiempo extra para la atención a este alumnado, ya que es ella quien mejor conoce a John, Juana y Juan, y es con ella con quien más seguros y protegidos se sienten. Tendemos a entender que el segundo docente lo es para el ACNEAE, y lo es para «liberar» a la tutora, pero en ocasiones, y este es un ejemplo singular, ocurre justo al contrario.
– La adecuada distribución de roles profesionales.
Una base inequívoca para que la atención educativa en el aula hubiese llegado a buen puerto es que cada profesional implicado en la misma sea consciente de cuáles son sus auténticas funciones y cómo pueden contribuir a una mayor eficiencia de su trabajo.
En tu caso, querida docente agobiada con la inclusión, debes tener claro que las funciones de asistencia, aseo y desplazamiento están asignadas a un personal específico, formado para ello. Yo mismo me he plantado en algunas ocasiones que las reticencias de algunos docentes a no «limpiar» a sus alumnos son extremas, pero no es este tu caso. En el caso que nos describes debes entender bien que estas funciones están asignadas a un personal específico precisamente porque tienes un aula con unas características singulares que no te permite dejarla ni medio segundo. Muy al contrario, necesitas de apoyos extraordinarios de docentes que complementen tu labor.
Por otra parte, el tutor debe autoploclamarse como «líder» de su aula. Debe establecer los tiempos, atenciones, apoyos y ayudas que necesita y coordinarlas como eje central del proceso. Si en tu aula no se daba esta coordinación la principal responsable eres tú (según ley).
La coordinación docente no se establece por la inercia de sus miembros. El Equipo Docente debe funcionar como tal y «siempre» debe responder a la coordinación del tutor. Si en este supuesto, como nos cuentas, cada una opina de forma diferente, y por ende hace de forma diferente, el barco no llegará a puerto.
Los diferentes especialistas, PT o AL, monitores, deben servir de apoyo al aula y deben dejarse coordinar por el principal actor de esta escena. No es casualidad que la normativa proponga al tutor como máximo responsable: es el conocedor de la situación, de sus alumnos, de sus métodos y de sus evaluaciones. Ni el PT, ni el AL deben organizar y dirigir los apoyos.
3º A nivel individual.
En los tres casos que nos planteas, los alumnos necesitan una respuesta educativa muy específica que requiere de atenciones especializadas, aseoramiento y formación por parte de los Equipos Especializados y un ambiente muy muy estructurado:
Para Juan: De los tres casos es el que menos necesidades requiere. Deberías haber realizado una evaluación inicial que te determinase aspectos relacionados con:
- Inflexibilidad cognitiva. Evaluar aquellas situaciones de cambio, desconcierto o improvisación que pueden generar estrés en el niño. Una vez evaluadas se deberían haber planteados unas rutinas bien asentadas, anticipadas al niño con algún modelo visual para reducir la ansiedad ante los cambios.
- Sensibilidad sensorial. Los alumnos con TEA suelen tener problemas de hipersensibilidad a sonidos, luces, colores… Es importante conocer si tiene algunos de estos problemas, ya que para el niño es prioritaria la eliminación de esta ansiedad de cara a poder seguir un normal desarrollo de las sesiones programadas.
- Intereses restringidos. Conocer la gama de intereses de Juan te puede ofrecer la posibilidad de negociar conductas, aprendizajes o cambios de rutina. Los intereses restringidos pueden ayudarnos en estas tareas, a la par de servirnos para ampliar a otros intereses más cercanos a su desarrollo infantil.
- Competencia social. Conocer las formas de instaurar conductas prosociales que favorezcan su interacción con el resto de compañeros es importante. Por ello no solo se debe plantear un modelo de trabajo basado en las habilidades sociales naturales en la edad, sino en desarrollar la práctica continuada de esas habilidades y su generalización en contextos más amplios.
- Análisis funcional de la conducta. Realizar un registro de observación sistemático, dirigido a conocer la función de su conducta: ¿por qué se producen las agresiones?, ¿qué las provoca?, ¿qué quiere conseguir con ellas?… Se trata de otorgarle una función comunicativa a los problemas de conducta para llegar a conocer lo que el alumno desea en el momento de su aparición.
- Modificación del contexto. Una vez que hemos observado al alumno y que hemos indagado en las causas de sus conductas, debemos modificar todos los elementos del entorno que están generándolas: ausencia de la tutora, estrés en el aula, hipersensibilidades a sonidos o situaciones… Un elemento importantísimo en estas situaciones hace referencia a la posibilidad de otorgarle alguna vía de comunicación alternativa al alumno, alguna que sustituya a las rabietas o agresiones que usa para llamar la atención sobre su deseo. Aquí el Equipo de Conducta o el Equipo TEA puede asesorar sobre modalidades comunicativas alternativas y aumentativas.
- Modificación de conductas disruptivas. Asesorada por los expertos, se deben elegir aquellas técnicas que más impacto tengan sobre las características particulares de John: bloqueo, extinción -cuando proceda-, refuerzos positivos o negativos… Y conocer las formas de llevarlas a cabo. Estas técnicas deben ser conocidas y consensuadas por todos los miembros del Equipo Docente, los que participen en recreos y, por supuesto, involucrar a los propios alumnos compañeros. En ningún caso se deben trabajar estas estrategias en el aula de apoyo a la integración. La conducta se modifica en el entorno en el que se genera.
- Instaurar conductas prosociales. A través de técnicas como el modelado, moldeamiento o encadenamiento podemos ofrecer al alumno algunas vías para integrar en su repertorio unas conductas alternativas a las agresiones y que sean adecuadas al entorno en el que se desenvuelve. Una vez más estas estrategias pasan por una fuerte asesoramiento y atención directa de los especialistas, coordinación y participación del Equipo Docente y participación sin condiciones de la familia a través de los compromisos de convivencia.
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