Este post quiere ser un llamamiento a todos los docentes de PT y de AL del mundo para que de una vez se atrevan a mostrar su verdadera cara a la comunidad educativa:

¡Sí, apostamos por la inclusión! 
¿Y qué pasa?

Una de las premisas más importantes para que se dé la inclusión en los centros educativos ordinarios pasa irremediablemente porque los docentes especialistas en atención a la diversidad encabecen este cambio, esta revolución. 
He venido diciendo en casi todos mis artículos que uno de los elementos que impiden que las políticas y prácticas inclusivas de las aulas se conviertan en realidad es la falta de cultura de inclusión en la comunidad educativa en general. Los aprendizajes socializados y socializantes que hemos recibido a lo largo de muchas generaciones están muy instaurados en las mentes pensantes de nuestros centros educativos, y uno de los procesos más complejos que puede requerirse a una mente humana pensante es el de desaprender.
Es por ello que los colegios, escuelas e institutos de nuestro sistema educativo tiene tantas reticencias a aquello de «cambiar la escuela para la participación de todos». Simplemente supone una amenaza al orden establecido que no se está dispuesto a cambiar.
La triste realidad es que la mayor parte de las evaluaciones psicopedagógicas escolares se solicitan (por parte del profesorado) y/o se producen (por los equipos o departamentos de orientación) con la intención de evitar el cuestionamiento del orden generado en clase a través de una metodología, organización y actividades concreta. Así, al excluir al chico o a la chica en cuestión, nuestras concepciones y prácticas profesionales nunca se verán alteradas, lo que constituye también un freno a la necesaria transformación de la escuela.



Los miedos

Este martes he tenido ocasión de ofrecer una formación en el Centro Arrupe para 51 maestros de PT, AL y orientadores de los centros SAFA de Andalucía. Fue muy ilusionante ver cómo estos docentes tienen una motivación intrínseca y personal para hacer que la escuela se transforme hacia modelos menos segregadores e inclusivos. Quieren cumplir con una de las líneas estratégicas fundamentales que estas escuelas se han planteado alcanzar en los próximos cinco cursos: la inclusión en sus aulas. 
En esta formación propuse una dinámica en la que los docentes debían realizar un análisis DAFO en pequeño grupo valorando su propia gestión como docente que atiende dentro del aula ordinaria.
Al finalizar la dinámica hicimos una puesta en común y fue sorprendente ver como todos estos docentes tienen una grandes fortalezas internas para prestarse a ofrecer su atención en las aulas ordinarias; incluso veían grandes oportunidades para hacerlo en una escuela en transición, con el apoyo de muchas familias de alumnos con ACNEAE, con unas tecnologías que pueden propiciar la inclusión y con un centro educativo que apuesta por ello.
Dinámica DAFO con docentes de atención a la diversidad
Foto Antonio Márquez
No obstante vislumbraban también bastantes amenazas, como las familias que no entiendan estas medidas, los docentes reticentes a que se entre en sus aulas, currículos muy rígidos y específicos que no dominan…
Sin embargo existían muchas debilidades internas, que emanaban del propio interior de cada docente. Debilidades, todas ellas, que se nutrían del miedo: miedo a lo desconocido, miedo a ser juzgado, miedo a «suspender» como docente, miedo a no saber cómo hacerlo… Muchos miedos que no responden sino a un esconderse en el «aulario» (aulas de apoyo a la integración) por no afrontarlos con fuerza y quitarse de una vez la careta. 
Todos las fortalezas que me contaron eran mucho más transcendentes y transformadoras que las pocas y repetidas debilidades que se esgrimían. Unos docentes extraordinarios que lo único que les impide avanzar es que el miedo puede a todo lo trans.

La salida del «aulario»

Por ello hoy quiero hacer un llamamiento a todos aquellos docente que quieren y no se atreven, que saben y no los dejan, que no saben pero quieren, que están por la labor de darles una oportunidad a todos los niños de la escuela. Un llamamiento que los invita a exigir su derecho a realizar sus funciones como docentes de pedagogía inclusiva, su derecho a experimentar, a investigar y a transformar la realidad de sus alumnos con NEAE. 
Y también un llamamiento que les lleve a pedir que se les deje realizar sus obligaciones como docentes de atención a la diversidad, obligaciones que vienen marcadas en la ley y que sistemáticamente se les prohíbe hacer en algunos centros: obligación de atender a los alumnos dentro del aula ordinaria. 
Llamamos a todos estos docentes a la Revolución de la Inclusión
Infografía de José Blas García en
Transformar la Escuela
Y para ello les planteo 10 demandas que deben realizar para poder poner en práctica esta Cultura de la Inclusión:
1. Respeto a su criterio profesional al decidir que un determinado alumno necesita aprender junto a sus compañeros del aula ordinaria. 
2. Demandar a los Equipos de Orientación Educativa y a los Equipos Especializados que den orientaciones claras sobre cómo atender a los ACNEAE, incluidos los alumnos con discapacidad o trastornos graves de conducta (ACNEE) dentro de las aulas ordinarias. 
3. Exigir a los Equipos Directivos que se incluyan directrices claras en los Proyectos Educativos sobre la docencia compartida obligatoria en los casos en que así se determine por los Equipos Especializados en Atención a la Diversidad.
4. Hacerles ver a los compañeros reticentes a la docencia compartida que esto no es una cuestión de gustos personales, que es una respuesta planificada, organizada y recogida en la legislación vigente.
5. Pide a tus Centros del Profesorado que oferten formación sobre prácticas inclusivas, no sobre atención individualizada en Aulas de Apoyo a la Integración.
6. Reivindica que tu centro contemple, dentro de las Actividades Formativas del Profesorado, una formación intensiva en inclusión, participación y atención a la diversidad, y que su participación sea obligatoria.
7. Exige a los inspectores que ofrezcan soluciones a los problemas derivados de la falta de inclusión, ofreciendo respuestas legales, técnicas y didácticas para la participación de los alumnos en las dinámicas del aula. NO a la inspección sancionadora.
8. Haz entender a todos que los alumnos con NEAE no son «tus alumnos». Son alumnos del centro y por tanto el centro debe establecer una red de apoyos para que se propicie la inclusión en las aulas.
9. La implicación en la atención a la diversidad es obligación de todos, y todos están obligados a ajustar el currículo, eliminar barreras, aceptar condiciones y cambiar métodos. La atención a la diversidad no es solo tarea tuya.
10. Pide que se te eliminen horas de atención directa para poder ajustar propuestas, romper barreras, preparar materiales inclusivos, coordinarte con las partes implicadas, preparar las TICs que necesitan tus alumnos como Adaptación de Acceso, informarte, aprender, planificar intervenciones… Somos humanos.

 Ya es hora de salir del «aulario» y que se nos oiga alto y claro