Cada vez más centros optan por la opción de no sacar del aula ordinaria a los alumnos con NEAE, y que sean los maestros de PT o AL, o un segundo docente, los que entren en las aulas a ofrecer los apoyos necesarios para que se produzca un aumento de la participación de los mismos en las dinámicas de clase.
Sirva como precedente a la temática que voy a plantear el post que escribí y que denominé «El apoyo educativo, ¿dentro o fuera del alua?«, ya que puede sentar algunas bases sobre esta cuestión.

La Docencia Compartida

Dentro de las estrategias que se proponen para que la inclusión de los alumnos en las aulas se consiga de una forma eficaz para todos (enseñanza personalizada, multinivel, ABP, Bloom, Flipped…), existe una que debe ser la base de todo planteamiento que cualquier centro comience a hacerse para lograrlo: la docencia compartida.
No obstante se debe aclarar que la docencia compartida, por sí sola, no propiciará situaciones de inclusión real en el aula, ya que deben ir aparejadas de otras propuestas de trabajo que faciliten esta empresa.
La inclusión de los alumnos con NEAE pasa por renunciar a toda o a parte de la atención que reciben en las aulas de Apoyo a la Integración. Esta renuncia exige que los centros modifiquen su organización de los apoyos y refuerzos haciendo un giro hacia la «inclusión» de un segundo docente en el aula que apoye en las tareas que los discentes tienen encomendadas, reduciendo las barreras que determinados alumnos puedan encontrar en ellas.
Desde esta perspectiva debemos ir tomando conciencia de que la docencia compartida en las aulas se torna como una medida imprescindible para la atención justa y equitativa de todo el alumnado, pero ¿cómo debemos plantearnos este trabajo conjunto en el aula?
Hoy me gustaría ofreceros algunas claves sobre la DOCENCIA COMPARTIDA.

1. Modalidades.-

El hecho de que un segundo docente entre en un aula ordinaria a ejercer tareas de apoyo no significa que se estén asegurando en el aula las tres P de la inclusión: presencia, participación y progreso.
Esto va a depender, en buena medida, de la modalidad de apoyo por la que se opte, moviéndose por un abanico de hasta cinco diferentes presentadas de menor a mayor grado de facilitación de prácticas inclusivas en el aula.
modalidades docencia compartida
Cada una de estas modalidades tiene sus peculiaridades y configura una forma de trabajo en el aula en la que podemos pasar de un modelo de integración, con la mera participación testimonial en el aula, a un modelo donde todos los alumnos perciben la atención de ambos docentes de forma indiferenciada. ¿Por qué se generan estas diferencias?

Titular y Apoyo se reparten grupos (Desdoble en el aula)

En esta modalidad se establecen dos grupos diferenciados en el aula, configurados según niveles de competencia curricular del alumnado. En este caso, el segundo docente se encarga del grupo de menor nivel y propone un trabajo paralelo a lo que los demás alumnos del aula están haciendo. Se generan categorías de alumnos en el aula y difícilmente se alcanza el modelo de participación y cooperación del alumnado. Estaríamos hablando de un modelo que, como mucho puede proponer situaciones de integración. En cualquier caso tendríamos al ACNEAE junto a sus compañeros y no en un aula diferente a la ordinaria, aunque a efectos de aprendizaje y promoción no tendría diferencias significativas.

Titular y PT/AL (apoyos a grupos de ACNEAEs)

Esta modalidad ofrece un salto positivo en la participación del alumnado, aunque no cambia los estigmas que genera una atención individualizada por parte de maestros especialistas.
En este caso el alumno puede participar en determinadas propuestas de actividades del aula con el apoyo de este segundo docente. Esto exigiría un alto grado de coordinación, como veremos en el siguiente apartado con el titular del aula.
El peligro de esta modalidad de docencia compartida estriba en que la propuesta de trabajo adaptado del alumno sea paralela y diferenciada de las del resto de alumnos del aula, sirviendo el/la profesor/a de apoyo como un «maestro particular a domicilio» que le enseñe ese currículo paralelo. En este caso retrocedemos un peldaño más y estaríamos de nuevo ante un modelo de segregación que lo único que propone es la mera presencia del alumno en el aula.
Como vengo repitiendo, incluso este último modelo sería mejor que la atención diferenciada en aulas de pt, puesto que el alumno se relacionaría, de una forma u otra con sus compañeros.

Titular y Apoyo auxiliar (descarga de trabajo)

Cuando en el aula se plantea un clima de inclusión, se entiende que todos los alumnos de la misma tendrán necesidades de apoyo educativo en un momento u otro de la UDI. Este modelo aboga porque el segundo docente (sea especialista de atención a la diversidad o no, o ambos) sirva como apoyo constante a todas las dudas y problemas que puedan surgirle al alumno en el aula. Se entendería como un apoyo para la descarga del titular. En cierto modo se sigue planteando que el apoyo es al docente y no al grupo, aunque desaparece el estigma del ACNEAE como tal y pasa a ser considerado como uno más en el aula.
Este modelo exige que el trabajo del maestro/a de PT/AL se centre en propiciar las estrategias y adaptaciones necesarias para que los alumnos participen en el aula trabajando el mismo currículo que sus compañeros.

Complementariedad

La mejor forma de eliminar los estereotipos que se generan con la atención individualizada a cualquier alumno en el aula es cuando ambos docentes establecen periódicamente el «intercambio de roles». En esta modalidad no existe realmente un titular y un apoyo en el aula en el momento en que ambos coinciden, sino que pueden intercambiar sus funciones en el aula a demanda, propiciando que también el titular del aula ejerza labores de apoyo a sus alumnos cuando así lo requiera la situación planteada. La manera más lógica de apoyar a los alumnos de tu aula es que el titular de la misma responda a las dudas y ayude en los problemas que sus propios alumnos tienen, ya que es él/ella quien mejor los conoce y más tiempo pasa con ellos.
Además de estar encaminados a lograr una participación más activa de todos los discentes en el aula, pudiendo seguir las actividades propuestas con carácter general, conseguiremos eliminar el estigma del docente especialista que apoya a los ACNEAE en el aula.
Una vez más las tareas de coordinación y trabajo en equipo son esenciales para que el titular conozca las vicisitudes de las atenciones específicas que requieren determinados alumnos/as, y el maestro/a de apoyo deberá conocer aspectos concretos de la materia.
Sería el primer caso de apoyo al grupo y no al docente, y el más cercano al concepto de inclusión en las aulas.

Trabajo colaborativo

Digamos que en la cúspide de la docencia compartida se encuentra aquella modalidad en la que existe una coordinación plena y efectiva entre ambos docentes para la planificación del aula, tanto a nivel curricular como organizativo.
En el trabajo colaborativo ambos docentes son responsables del grupo de alumnos y deben participar en el mismo grado en las tareas de enseñanza-aprendizaje que se programen. Pueden abarcar todas las modalidades docentes anteriores si así se hace necesario, aunque sin hacer distinciones de jerarquías o rangos.
En este caso volvemos al deseado apoyo a TODO EL GRUPO, y no apoyo al docente ni al ACNEAE.
2. Estrategias para la coordinación.-
Como hemos estado apreciando, la docencia compartida exige una serie de tareas de coordinación y colaboración o cooperación (según la modalidad) entre los profesores/as que participarán en esta experiencia.
Uno de los aspectos más controvertidos en la docencia compartida radica en el miedo de algunos docentes a ser cuestionados, evaluados y fiscalizados en su tarea diaria de enseñar.
Cuando el centro planifique estas tareas de docencia compartida, debe tratar de buscar en el centro un clima de confianza y respecto entre los docentes y propiciar experiencias en las que los docentes QUIERAN participar de ellas. Ofrecerles estrategias para el diálogo, la cooperación y el respeto a la profesionalidad de cada uno de los participantes.
No obstante, las tareas de coordinación son amplias y necesariamente deben pasar por los siguientes elementos:
3. El papel del segundo docente (PT/AL)
En todo este proceso el papel del docente de atención a la diversidad es esencial para que la participación del alumnado con NEE, Altas Capacidades o cualquier otro sea efectiva.
Este rol docente debe dejar de considerarse como un/a maestro/a de Apoyo a la Integración para pasar a ser un maestro de Apoyo a la Inclusión, el cual debe además cambiar sus funciones y sus actuaciones y pasar a ser un recurso del centro para la facilitación de la inclusión.
Sobre esto ya escribí (¿Y si redefinimos el papel del maestro de Apoyo a la Inclusión?), así que ahora me gustaría presentaros algunas cuestiones que son esenciales para que la idea de que los alumnos con NEAE no salgan de sus aulas sea posible:
Con estrategias como la Docencia Compartida bien entendida, estaremos dando pasos de gigante en la inclusión de todos los alumnos en el aula.