Cuando las personas necesitamos poner nombres a las cosas, delimitar conceptos, definir términos, estamos intentado poner en claro una forma de entender algo para que no exista lugar a la ambigüedad o al desconocimiento sobre este aspecto.
Puede que en muchas ocasiones existan elementos, entes, acciones… a nuestro alrededor que desconocemos, o que están ahí pero no lo sabemos, o simplemente que no necesitamos saber. En estas ocasiones las personas no suelen ponerles nombre porque ni siquiera saben que existe. No tienen la obligación de aclarar términos. No necesitan poner límites o reglas a lo desconocido.
Esto es lo que les ocurre a los niños y niñas de Educación Infantil en relación al concepto de INCLUSIÓN: no necesitan saber qué es porque no saben excluir, no necesitan definir un término que diga que todos son parte de la clase, porque para ellos, todos son parte de la clase.

De esto sabe mucho Gema Colás (@una_mochila_), maestra de Infantil que a diario trabaja con estos peques en un aula inclusiva por defecto.

El Aula de Gema

Pues llevo tiempo dándole vueltas a esto de compartir mis experiencias y ahora que me siento a escribir no sé por dónde empezar, je,je,je. 
Que os parece si me presento, soy Gema Colás, (@una_mochila_), maestra de Infantil en un colegio de Madrid, CEIP Miguel Delibes, preferente para niños con dificultades motoras. Soy una amante de mi trabajo y disfruto con mi implicación. La primera condición para transmitir algo a nuestros alumnos es que aquello que queremos enseñar, nos lo creamos, debemos ser coherentes y procurar dar ejemplo con nuestra actitud (a veces, es difícil…pero hay que tenerlo presente y ser conscientes de que todos podemos mejorar). Los errores son grandes oportunidades para aprender. 
“Cuando cambiamos nuestra manera de ver las cosas, las cosas cambian”, Wayne Dyer. 
Cada niño, niña, chica, chico, profesor, profesora… cada persona somos diferentes, con nuestras cosas: intereses, características, necesidades, capacidades…. Por lo tanto, entiendo la inclusión como el conjunto de todo ello, respetando a cada uno como es. Es prioritario el criterio de pertenencia, nos sentimos dentro de nuestra clase, del grupo, cada uno somos una parte del todo y estamos conectados, necesitamos creer que tenemos un lugar y que pertenecemos. Necesitamos que escuchen nuestros sentimientos, pensamientos e ideas. Sentirnos con capacidad, necesitamos creer que podemos hacerlo, dentro de un ambiente seguro, sin juicios, sin culpa, vergüenza o sufrimiento, descubrir cómo afecta a los demás e involucrarnos en soluciones. 
Los pilares que sustentan mi aula son los peques, claro está. Nuestra labor principal es servir de guía y ofrecer recursos personales y materiales para que se den aprendizajes significativos. 
Creamos un entorno agradable, decoración de la clase y otros espacios. 
Actividades de respiración y relajación al subir del recreo, en momentos de nerviosismo, la rana tranquila y atenta, botes de la calma… 
Entrenar el pensamiento positivo: fijarnos en lo que hacemos bien, plasmarlo en murales, realizar vídeos, dialogar… facilitarles la convivencia con estrategias que a todos nos gustaría tener. “Las organizaciones que funcionan se basan en una comunicación que funciona. Y una comunicación que funciona sienta las bases de la confianza entre las personas”. Ferrán Ramón-Cortes. 
Actividades que fomentan la responsabilidad y la participación de los alumnos: el trabajo por proyectos, dejando a los peques ser los principales protagonistas de su aprendizaje, la organización del aula por rincones, encargados… 
Introducir a los más pequeños en el uso de las TIC, actividades en la pizarra digital, mediante lectura de códigos QR, introducción a la programación de un robot, Bee Bot… actividades a través de Realidad Aumentada. 
Actividades para trabajar valores, aprovechar los recursos del entorno o hacer participar a las familias: Carnaval, Día de la Paz, Día del libro, Semana Cultural, fiestas navideñas, contar cuentos en el aula, aportar material al aula del proyecto que estamos realizando, talleres de manualidades, libros viajeros… La participación de las familias en mi aula, es primordial son parte activa y protagonista de todos los procesos que se dan en el aula. 
En este artículo tengo que dirigirme a la administración, nuestros peques no tienen voz ni voto pero ellos, están representados por nosotros. En este curso nos han bajado los apoyos de maestros de PT y AL, por lo tanto sus refuerzos van a verse reducidos. Me parece una autentica salvajada recortar de personal que se dedica a la estimulación, ayuda, guía de peques ACNEE. Bajo mi tutoría de 26 alumnos de 4 años, están diagnosticados tres de ellos ACNEE, y para el día a día comprenderéis que su apoyo es indispensable. Abusan de la profesionalidad de los maestros a los que nos puede el sentido común y nos lo echamos a nuestras espaldas para que nuestros peques no se sientan afectados. 
Espero que el próximo currículo de infantil tenga el siguiente objetivo:
 
Conseguir personas respetuosas, capaces de gestionar bien sus emociones, que sepan establecer relaciones sanas y equilibradas con los demás y que aprendan a disfrutar y valorar lo que la vida les ofrece, en definitiva si queremos contribuir a formar personas más felices y preparadas para afrontar su presente y futuro en las mejores condiciones posibles. 
La vida es un camino a largo plazo, en donde somos maestro y alumno; unas veces nos toca enseñar, todos los días nos toca aprender”. Angélica Olvera 
Os regalo esta pincelada, en el blog http://unamochiladesuenos.blogspot.com.es/ se ve mucho más concreto el día a día en mi aula, mil gracias Antonio por dejarme compartir contigo algo en común que nos une, nuestra profesión.