La Junta de Andalucía acaba de publicar la Homologación de Criterios Generales de Corrección para las oposiciones docentes de Andalucía de 2017. Se trata de la primera vez que publican con antelación lo que se les va a valorar a los opositores en las especialidades convocadas. Y podría haber sido un avance para la inclusión, pero no ha sido así
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Dentro de estas especialidades docentes convocadas se encuentran las de Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje, futuros maestros y maestras funcionarios/as que estarían llamados a llevar a la práctica todos los nuevos modelos de enseñanza propuestos en las INSTRUCCIONES de 8 de marzo de 2017, de la Dirección General de Participación y Equidad, por las que se actualiza el protocolo de detección, identificación del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo y organización de la respuesta educativa.
Estas Instrucciones, desde mi punto de vista, han supuesto un avance en materia de inclusión, aunque con mucho camino por recorrer aún. En ellas se proponen estrategias metodológicas favorecedoras de la inclusión que los docentes, de atención a la diversidad, o de las diferentes áreas o materias, deben poner en práctica en sus aulas para propiciar la presencia, participación y progreso de todos los alumnos. Permítanme citarles, a título de ejemplo, un par de párrafos inspiradores del cambio inclusivo en las centros:
  • METODOLOGÍAS DIDÁCTICAS FAVORECEDORAS DE LA INCLUSIÓN. Las metodologías rígidas y de carácter transmisivo son menos recomendables para lograr una adecuada atención a la diversidad en el aula, siendo, por el contrario, más adecuados los métodos basados en el descubrimiento y en el papel activo del alumnado. Entre los distintos tipos de metodologías favorecedoras de la inclusión, destacamos el aprendizaje basado en proyectos y el aprendizaje cooperativo. (Pág. 56)
  • ASESORAMIENTO Y COLABORACIÓN DE LOS EQUIPOS Y DEPARTAMENTOS DE ORIENTACIÓN: Asesorar al profesorado en la elaboración y desarrollo de las medidas específicas que
    posibiliten la atención a la diversidad del alumnado con NEAE desde un enfoque inclusivo,
    incorporando los principios de colaboración, de trabajo en equipo y de coordinación entre
    todos los y las profesionales implicados. (Pag. 77).

En estas oposiciones docentes se deberían poner sobre la mesa los conocimientos del futuro profesorado en el ámbito de la inclusión, estableciendo criterios de valoración que dejasen de manifiesto los conocimientos sobre ABP, aprendizaje cooperativo, docencia compartida, enseñanza mutinivel, uso de las TACs y de las TICs, Inteligencias Múltiples, Aprendizaje Basado en el Pensamiento, eliminación de barreras en el aula ordinaria, desarrollo de tareas competenciales o paisajes de aprendizaje. Todas ellas presentadas como esenciales en un modelo de escuela inclusiva, imprescindibles para fomentar la participación de los alumnos con NEAE en el grupo clase.
Desde esta perspectiva el futuro funcionario docente de PT y AL debería demostrar conocimientos sobre estas propuestas y sobre el ajuste que supondrían en el diseño curricular de un aula ordinaria. Los ajustes en los criterios de evaluación, indicadores y contenidos; la forma de determinar los mínimos necesarios para obtener los perfiles de competencia solicitados en la etapa; las propuestas metodológicas eliminatorias de barreras a la participación; la forma de presentar las actividades y ejercicios con un diseño universal; los recursos específicos necesarios para derribar esas barreras, sean técnicos o no técnicos; las formas de coordinarse con los docentes del aula ordinaria para diseñar modelos didácticos inclusivos; la organización de un centro para establecer redes de apoyo; la forma de entender la atención personalizada; la atención a la diversidad de talentos, conductas, comportamientos… Todos ellos son los elementos que deberían determinarse un sistema selectivo que pretende «seleccionar» a aquellos docentes destinados a llevar a cabo las propias propuestas metodológicas inclusivas que la misma Junta de Andalucía convocante pide en sus Instrucciones sobre NEAE.

Sin duda una oportunidad para que las nuevas generaciones de docentes de PT y AL enarbolen la bandera de la inclusión y supongan un movimiento emergente contra la «zona de confort» de muchos otros que siguen anquilosados en modelos tradicionales y segregadores de los alumnos con NEAE.

Una propuesta curricular austera y retrógrada

En el caso de la propuesta curricular que se valorará no mejora la situación. Es de extremada importancia para un centro que su Equipo de Orientación, maestros de PT y AL, conozca adecuadamente el currículo con todos sus elementos prescriptivos. Estos elementos vigentes desde el desarrollo de la LOMCE, para poder asesorar, colaborar, ajustar y/o adaptar cada uno de ellos para que todos los alumnos del aula puedan participar activamente en las transposiciones didácticas propuestas por los docentes especialistas o tutores.
De hecho, las propias Instrucciones sobre NEAE a las que me vengo refiriendo, recomiendan lo que se recoge en la siguiente captura de pantalla:

Pag. 78 Instrucciones 8/3/17 sobre NEAE

Esto encaja más en un modelo inclusivo, ya que se propone que el docente de PT y AL realice las adaptaciones necesarias partiendo de la propia propuesta curricular del aula: criterios de evaluación, contenidos, actividades, tareas, indicadores o estándares…

Sin embargo, lo que se le pide como criterio a los opositores es que incluyan Objetivos y Contenidos en su plan de apoyo; como si no tuviese ninguna presencia en el desarrollo de las tareas, en la planificación y secuenciación didáctica del aula, y en la consecución de las Competencias Clave de los ACNEAE. Objetivos y contenidos que responden a ¿qué clase de currículo? ¿a un currículo de estimulación del desarrollo? 
Tímidamente, como si fuese casi delito plantearlo, se valorará en la exposición de la Unidad Didáctica si el opositor hace referencia a las competencias.
Un Plan de Apoyo digno de la máxima nota debería incluir el currículo del aula ordinaria como referente de trabajo

Confío en que la Junta de Andalucía entienda el concepto Objetivos como un espectro amplio que recoja todo lo que el docente de PT y AL curricularmente se plantee, tanto para trabajar en el aula de Apoyo, como trabajar con el grupo clase.

La oportunidad perdida

La realidad transmitida en estos criterios de valoración es que en lugar de buscar a profesionales de la inclusión, se han centrado en establecer parámetros de presentación, exposición y competencia comunicativa. Criterios que se afanan en valorar unas aptitudes más académicas que profesionales. Para nada se han planteado criterios de conocimientos específicos sobre la inclusión. 
El diseño de los mismos han sido formulados con un carácter marcadamente abierto y permisivo en cuanto a conocimientos específicos de la especialidad, y muy cerrado y restrictivo en cuanto a elementos formales de presentación y desarrollo.
Llama la atención que en una de las partes, destinadas a la elaboración de un Plan de Apoyo anual para un grupo de alumnos, los criterios de valoración se centren en la intervención del PT o AL según las NEAE de los alumnos elegidos y que marquen como criterio la Organización y Funcionamiento del Aula (entiendo que de PT y AL). Lo cual no está mal, pero también deberían aparecer criterios específicos que valorasen la forma de organizar el aula ordinaria para la participación de todos.
Las propuestas metodológicas llevan al opositor a un diseño donde se les va a exigir que propongan estrategias generales o específicas, tipología de actividades y recursos. Sin hacer ninguna mención a la participación del alumno en el aula ordinaria, a la eliminación de barreras, al uso de las TICs y las TACs -tan necesarias para la efectiva inclusión de este alumnado en su aula-.
Esto es lo que un buen Plan de Apoyo debería presentar para obtener una máxima valoración.
Es más, en pleno siglo XXI, con el desarrollo de la Competencia Digital Docente y la incorporación de la Competencia Digital en el currículo, se prohíbe de forma expresa el uso de tecnologías digitales en las exposiciones. 
Vuelven a valorar en el opositor, llamado a la revolución inclusiva, los conocimientos sobre actividades específicas para alumnos con NEAE, a su trabajo sectáreo en el aula de PT o de AL, con fichas y recursos de elaboración propia, o hechos con materiales de deshecho y mucha creatividad. Son estas unas aptitudes que nada tienen que ver con una búsqueda real de las barreras que las actividades del aula ordinaria suponen para estos alumnos. Todo ello resumido en un criterio específico que marca: «Empleo de metodologías motivadoras y estimulantes«. Metodologías estimulantes que ponen el foco de atención en la estimulación del desarrollo «deficitario» del alumno con NEAE y en la búsqueda de actividades que les motiven para entrar por el aro de la «normalización».
Y concluyo diciendo que todo esto es una oportunidad perdida no solo porque esta remesa de nuevos docentes entren en el sistema sin que se les haya pedido nada de esto -y que es más que probable que lo tengan disponible en su repertorio de estrategias docentes-, sino por el mensaje que estamos transmitiendo a todos aquellos maestros y profesores reticentes al cambio de paradigma educativo. Si a esta selección de futuros docentes se les ha pedido de forma inexorable que conozcan estos modelos inclusivos, la vieja guardia será alertada de que un cambio se avecina. Si el mensaje que transmitimos es de continuísmo, nada les hará salir de su inmóvil modelo de trabajo.
Espero, confío y deseo que la «autonomía pedagógica» de cada tribunal y sus propias conciencias de cambio valoren positivamente el esfuerzo y valentía de todos aquellos aspirantes que hayan desarrollado en sus Planes de Apoyo estrategias inclusivas para la participación efectiva en el aula ordinaria de los alumnos con NEAE.

Gracias a Marta Aguilar por su comentario inspirador en este blog para la redacción de este post.