Segundo año de experiencias intensas en el EABE. Segundo año de acercamiento, de desvirtualizaciones y de nuevos proyectos.
En estos dos años que tengo de experiencia participando en este encuentro, estos dos son los aspectos a destacar por encima de los demás: conocer gente con tus mismas inquietudes y generar nuevos proyectos futuros.
Además este año metido de lleno, como si el EABE fuese mío, como si hubiese estado desde el primero hasta el último, participando activamente en el Muelle Chococharlas, organizando tertulias donde la gente haga lo que más quiere hacer en este tipo de encuentros: charlar. A pesar de que todos «vamos al EABE a aprender», y de hecho lo hacemos, aprendemos…, creo que la mayor parte de todos nosotros tiene una necesidad intrínseca de hablar, de contar lo que hace, de encontrar espejos de dificultades y emociones, de alegrías y contratiempos, de proyectos a contramano, a contracorriente…

Cuando organizaba este taller junto con el Equipo Chococharlas rondaba en mi una pequeña duda: ¿estaría la gente dispuesta a participar en las microtertulias? ¿tendríamos que andar insistiendo? Ese miedo a la escasa participación de las personas quedó solo en eso, un miedo. Eran los propios compañeros eaberos los que hacían cola y esperaban pacientemente a que terminase la microtertulia organizada en ese momento. Querían expresarse, querían hablar, compartir, debatir, oír otros puntos de vista. Incluso no importaba demasiado el tema que el Equipo propusiese, lo cual viene a ser más significativo si cabe: 
«queremos hablar de Educación… 
échenme lo que quieran»

Hora de encuentros

Por otra parte han sido muchos los encuentros que he tenido en este evento. Aquello que llamamos «desvirtualización» (si mi padre levantara la cabeza… creería que le quitamos la virtud a la gente). 
He podido poner cara, expresión, gesto, emoción y sensibilidad a las personas que forman el Equipo Chococharlas: Luis López Cano y su familia, Berta Civera, María Adela Camacho… Y aunque a otros ya los conocía, ha sido tiempo también de ahondar y hacer fuerte lazos con Luisa Quintero (inestimable su colaboración y su amistad), Jacinto Molero (casi le pilla un coche por hablar conmigo), Maria Eugenia (como de la familia)…
Y también otras personas, con las que no tuve tanto tiempo de hablar pero que también fue bonito conocerlas: María Barceló, Juan Martos, GorkaProfe…
Pero también personas que me han resultado entrañables y que ganan inmensamente cuando las sacas del avatar del móvil: Carmen Iglesias y J. Bracamonte han sido una de mis grandes alegrías de EABE16 Huelva. Sencillos y cercanos como si nos conociésemos de siempre. Muchas gracias por vuestra acogida y vuestra atención.
Y a Carlos y Vanesa, dos hermanos con un potencial increible y con un futuro que nos augura que esto sigue hacia adelante.

Proyectos Futuros

Junta a dos maestros de los llamados «raritos innovadores», dales 10 minutos y un poco de aire de EABE y tendrás el germen de un futuro proyecto. 
Ibas viendo nacer proyectos entre fresas y vino, entre cafés y sol, entre Colones y Juanramones. El germen de la colaboración es lo que más importa en un encuentro… 
En mi caso me surge la posibilidad de apoyar a un futuro proyecto de Gabriel Marín que dará mucho que hablar, aportando un poco de accesibilidad al mismo. Seguro que será un proyecto para todos, inclusivo desde sus orígenes.

Reflexiones finales

Aunque la reflexión final ya la he planteado al comienzo (reflexiones a contramano), creo que aparte del nacimiento de proyectos, el EABE debe ser un encuentro para el acercamiento a nuevas formas de trabajar. 
Durante este evento he podido ver muchos matices diferentes en las formas de trabajar las corrientes innovadoras, que ya poco a poco dejo de ver como innovadoras porque son más bien conocidas. Matices diferentes de modos de trabajar que parece que se llevaran implantando mucho tiempo si hiciésemos un microcosmos EABERO, pero que prácticamente no existen si nos vamos al Cosmos Real de los colegios.
Por momentos tuve la sensación de que somos siempre los mismos, que nos movemos de un sitio a otro, que experimentamos de una corriente a otra, de una metodología a otra dando nuestro toque personal (de ahí los matices). 
No he podido evitar sentir que si seguimos en esta linea de repetir siempre los mismos, el EABE se hará viejo, y solo llevo dos años. Me gustaría un EABE con la mayor parte de caras nuevas, con caras viejas en los talleres y caras nuevas en los apuntes. Un EABE que diese prioridad en la participación a los que nunca estuvieron, a los que quieren conocer cosas totalmente nuevas para ellos. Si queréis dejamos los OPEN para los de siempre, pero fomentar la cantera, la savia nueva en los EABE debe ser prioritario si queremos que esto del cambio educativo se convierta en realidad.
Este estupendo EABE con tantas propuestas enriquecedoras, con una gran organización y con ponentes de lujo debe ir dirigido a maestros que aún no estén en esta honda.
Sólo ha sido una percepción o sensación que he tenido… pero la he tenido.
Mucha suerte a los organizadores de Almería 17. Será un EABE que abra ciclo y por tanto con la responsabilidad de hacerlo no solo de manera organizativa, sino en su manera vital.