Damos la bienvenida a un nuevo curso y con él vuelvo a retomar las publicaciones de este blog. 
En esta ocasión he estado reflexionando bastante sobre el concepto de Adaptación Curricular No Significativa (ACNS en adelante). 
He tenido ocasión en varios artículos de abordar las adaptaciones curriculares y poner en cuestión su utilidad práctica, su sentido o sinsentido y las formas en las que se han ido convirtiendo paulatinamente en herramienta para la segregación y discriminación. Artículos como «Las Adaptaciones Curriculares a debate: se ajustan a un modelo inclusivo?» o «Titulación y ACI Significativa: la gran asignatura pendiente de la inclusión» así lo corroboran. 
No obstante, dentro de este mundo complejo de las Adaptaciones Curriculares, las ACNS siempre han pasado un poco inadvertidas, validadas por todos e incluso avaladas como modelos que favorecen la inclusión. Y no lo dudo… o sí. Quizás comparadas con las Adaptaciones Significativas tengan ese gran favor de la comunidad educativa pero… cada día que pasa me cuestiono más la utilidad práctica de las mismas en un aula que quiera llamarse inclusiva. 
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¿Encajan las Adaptaciones No significativas con un modelo de escuela inclusiva?

Me gustaría analizar esta medida educativa específica (diferente a la ordinaria) comenzando por la definición que de ella hacen las Instrucciones de 8/03/17 sobre NEAE en Andalucía
Las ACNS son modificaciones en la propuesta pedagógica o programación didáctica, del ámbito/asignatura/módulo objeto de adaptación, en la organización, temporalización y presentación de los contenidos, en los aspectos metodológicos (modificaciones en métodos, técnicas y estrategias de enseñanza- aprendizaje y las actividades y tareas programadas, y en los agrupamientos del alumnado dentro del aula), así como en los procedimientos e instrumentos de evaluación.
Vamos a ir analizando parte por parte. 

La Organización de los Contenidos

De todos es sabido que una ACNS no puede modificar los elementos prescriptivos expresados en la normativa sobre currículo (Objetivos de Etapa, Criterios de Evaluación, Indicadores y Contenidos). Sin embargo en las ACNS se nos brinda la oportunidad de modificar la «organización» de estos contenidos para dar respuesta a un alumno concreto. 
Estas modificaciones se basan en cambiar la temporalización de los contenidos -presentarlos en tiempos diferentes a los definidos con carácter general para el resto de compañeros-; en la organización -realizar diferentes asociaciones de contenidos para que el alumno pueda aprenderlos según algún criterio dado-; y/o presentarlos de forma distinta -en formatos distintos adaptándolos a las diferentes formas de ser percibidos por este alumno diferente-.
En definitiva yo puedo establecer una secuencia que se ajuste al alumno según sus individuales necesidades específicas y de esta forma intentar que las barreras que se encontraba al enfrentarse a ellos se minimicen. 
No obstante a mi me surge una gran duda: Si cambio la temporalización, la organización y la presentación de los contenidos para este alumno, y solo para este alumno (recordamos que es una medida específica para alumnos que requieren una respuesta «diferente a la ordinaria»), ¿cómo voy a poder arreglármelas para que esté haciendo lo mismo que sus compañeros? Me cuesta imaginar que si la secuencia de unos contenidos sigue un orden para todos, y otro para uno solo, esto pueda complementarse para que todos trabajen a la vez, haciendo lo mismo, participando y teniendo presencia. 
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La priorización de los Contenidos

El concepto de priorización nos sugiere que la propuesta curricular que se le presenta al grupo clase puede ser modificada para un alumno individual (diferente a lo ordinario) dando prioridad a unos determinados contenidos sobre otros. La duda es, ¿qué contenidos consideraremos prioritarios? ¿aquellos con los que el alumno puede presentar mayores problemas (pongamos por ejemplo los relativos a la lectoescritura o cálculo)?, o ¿aquellos que pueden ser asimilados y trabajados con mayor facilidad? 
La gran duda es…
¿QUÉ PRIORIZAMOS LAS DIFICULTADES O LAS POTENCIALIDADES?
Supongo que el respetable estará más por priorizar las dificultades del alumno, aquellos contenidos que mayor esfuerzo le supongan para que pueda avanzar en su aprendizaje. Aunque los que sean más neutros en esta lectura abogarán porque se priorizarán los que tengan mayor valor propedéutico para aprendizajes posteriores. 
Es un debate abierto y lógico sin duda, pero quizás como siempre, una vez más ponemos el foco en lo que el alumno debe aprender, y no lo ponemos en lo que deja de aprender y sobre todo en lo que deja de hacer con sus compañeros. Porque si se propone una priorización de determinados contenidos, ¿qué pasa con los otros? En tiempos en los que la calificación no se pone en duda y los contenidos son el motor didáctico también sería lógico preguntar ¿y cómo evaluarán a un alumno que no ha trabajado todos los contenidos como los demás? Si «aprueba» los contenidos priorizados, ¿tendrá una nota mínima? Con frecuencia es lo que se hace. El alumno tiene un aprobado por los pelos sobre algo que él no eligió y que seguramente lo alejó de sus compañeros. 

Aspectos Metodológicos

Cuando hablamos de ACNS centrándonos en variar el cómo va a trabajar el alumno diferente al ordinario (perdón por la insistencia pero mi intención es que les chirríe esta expresión como me chirría a mi), la normativa nos propone modificaciones en métodos, técnicas y estrategias de enseñanza- aprendizaje y las actividades y tareas programadasy en los agrupamientos del alumnado dentro del aula.

A ver si lo he entendido: como medida educativa específica a un alumno con NEAE se le va a aplicar un cambio en los métodos, técnicas y estrategias de enseñanza-aprendizaje y en las actividades y tareas programadas. O este cambio afecta a todo el alumnado, o me imagino al alumno con NEAE trabajando actividades de refuerzo en el ordenador que está en la esquina más alejada de donde transcurre todo. 
Para realizar estos cambios debe el profesor hacer un ajuste en su forma de dar las clases para todos, en la forma de presentar las actividades y tareas para que este alumno, y el otro y el otro puedan participar según sus propias potencialidades y formas personales de aprender. ¿Esto no es lo que llamamos un aula inclusiva? ¿Esto no sería aplicar los principios del DUA para la participación de todos?
Incluso nos dice la norma que tendrá que realizar diferentes modelos de agrupamientos del alumnado dentro del aula. Quiero entender que se refiere a todos los alumnos del aula, y no a «separar» a aquellos que sean «diferentes a los ordinarios». 
Entonces me pregunto,…
 si las modificaciones metodológicas se deben realizar en las propuestas del aula, de los docentes, del centro, ¿por qué hablamos de medidas específicas para un alumno diferente al ordinario? 
Desde mi punto de vista, la ACNS dentro de un aula que ofrece alternativas, que presenta los contenidos y las actividades de forma multinivel, con diferentes formas de presentación y de expresión de los alumnos, y que permite a sus alumnos elegir la forma en la que prefieren aprender, en este marco la ACNS no tiene sentido si no es una ADAPTACIÓN CURRICULAR NO SIGNIFICATIVA DEL AULA