El próximo jueves, día de 3 de diciembre, se celebra el día Internacional de las personas con discapacidad. La implantación de este día tiene su origen en 1992, a la finalización del Decenio de las Naciones Unidas para las Personas con Discapacidad. La intención de esta proclama es fomentar la integración en la sociedad de las personas con discapacidad. 
Mucho ha llovido desde entonces y poco hemos avanzado en este sentido. Hoy día, 23 años después, las personas con discapacidad siguen viviendo marcada por sus diferencias. Unas diferencias que provienen de sus deficiencias. 
Viene bien, en este momento, recordar una entrada llamada SOCIEDAD CAPACITANTE ¿TE APUNTAS? del blog Acogida, de José Blas García (@jblasgarcia), donde muy acertadamente -a mi juicio- nos aclara los matices terminológicos entre tres conceptos muy diferentes: deficiencia, discapacidad y minusvalía.

La discapacidad como ausencia de la capacidad de realizar una actividad en la forma en la que la suelen realizar otras personas en situaciones similares

Según esta premisa, el día 3 de diciembre lo que celebraremos será la ausencia de capacidad de algunas personas para realizar algo habitual en los demás. En términos negativos presentamos a unas personas que, teniendo otras capacidades propias que no siempre son valoradas por el resto, no tienen algunas capacidades normales en los demás. 
Los alumnos con discapacidad aparecen con un amplio abanico de potenciales, capacidades y habilidades para hacer otras muchas cosas. Estas habilidades los capacitan para abordar otra serie de tareas; pero en muchos casos aparecen sumergidas y ahogadas por la gran discapacidad, aquella que les incapacita para hacer las cosas importantes de la vida: sumar, restar, leer y escribir.
Además, esta ausencia de capacidades en muchos casos pueden ser salvadas con ayudas y apoyos que les permitan derribar las barreras con las que se encuentran y que les incapacitan para realizar determinadas actividades. Encontrar los medios necesarios para poner a disposición de estas personas las herramientas adecuadas es una de las tareas que se nos encomiendan en nuestro día a día, en los colegios, escuelas, institutos…

Fuente: Dibújamelas Autor: J. Blas García

La inclusión como meta final

Para que estas personas consigan que las diferentes dimensiones sociales existentes los incluyan como un miembro más, con respeto y aceptación de sus diferencias individuales, teniendo presencia y participación en las mismas, es necesario que las etiquetas dejen de tener un papel fundamental en su atención educativa. La discapacidad no puede ser el centro de atención a sus respuestas educativas. 
En palabras de I. Calderón Almendros (2012, p. 25) en su libro «Educación, Hándicap e Inclusión«, «Todo el alumnado puede y debe aprender, por lo que desoír esto es negar al individuo una de las principales características de los seres humanos: la capacidad de aprender, la educabilidad. Así la verdadera actividad educativa será aquella que trata de romper límites y se esfuerza por ayudar al educando a ser algo más libres…«.
Una escuela inclusiva debe ser aquella que considere la deficiencia o hándicap como una barrera más de sus alumnos, como tantas otras, y que centre su esfuerzo en que el alumno aprenda desde sus propias capacidades. 

El 3 de diciembre, ¡DI CAPACIDAD!

Por eso queremos que este 3 de diciembre lo convirtamos en en el día de la capacidad, en el día en que todos pongamos el acento en lo que puede hacer cada uno. Venimos argumentando que todos tenemos capacidades que nos permiten aprender, que ninguno de nosotros debería ser considerado como no educable sólo por que no aprende de la forma convencional. Cambiemos la forma convencional de enseñar para que aprender no tenga límites, para que las deficiencias no sean los límites. 
Cambiemos nuestra concepción de la discapacidad entendiendo esta palabra sólo vinculada al sistema educativo, que se nos aparece como incapaz de atender de forma equitativa e inclusiva a todos sus alumnos. 
 Por ello os hago una llamamiento para que este jueves 3 de diciembre colapsemos las redes sociales gritando CAPACIDAD. Os propongo tres hashtag para hacerlo:

Espero vuestra participación. Un cambio es posible y está en nuestra mano hacerlo.Concienciando sobre la INCLUSIÓN REAL